viernes, 9 de septiembre de 2016

Clasificación de las teorías del conocimiento

CLASIFICACION DE LAS TEORIAS DEL CONOCIMIENTO 

1. SUBJETIVISMO
 El subjetivismo es una doctrina filosófica que afirma que la fuente de todo conocimiento y de cualquier verdad depende de cada individuo. El subjetivismo nace con los sofistas en el siglo V a de C., cuando se comienza a incorporar nuevas doctrinas que sugerían obrar según la propia convicción.
El subjetivismo es la postura filosófica que toma como factor primario para toda verdad y moralidad a la individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal.
En el subjetivismo la validez de un pensamiento se limita al sujeto en cuestión que conoce o juzga y lo hace principalmente de acuerdo a su entendimiento y en estrecha vinculación a la realidad que le toca vivir, o sea, a su entorno, a la interacción social que mantiene con otros sujetos. Las interpretaciones que una persona realiza sobre cualquier aspecto solo serán accesibles para la persona que las experimenta, dado que una misma experiencia puede ser vivida de modo distinto por cada individuo como consecuencia de las diferentes realidades que poseen.
Por su lado el subjetivismo ético o subjetivismo moral, como también se lo conoce, es una doctrina de tipo ético filosófica que sostiene que lo bueno y lo malo en la moral es reducible a nuestras actitudes y opiniones personales, o sea, si yo creo que tal cosa es buena, entonces, esa tal cosa en mis manos será buena para mí.
Por lo tanto cuando alguien siente que "P" es bueno de manera sincera entonces "P" es bueno por lo tanto, de acuerdo con los subjetivistas, no puede estar equivocado moralmente. Y el otro uso recurrente de la palabra subjetivismo permite dar cuenta de aquella actitud que defiende que la realidad es creada en la mente del individuo.  
David Hume, filósofo, economista e historiador de origen escocés, que vivió entre los años 1711 y 1776, está reconocido como uno de los exponentes más destacados del subjetivismo ético.

No debe confundirse el subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se asemeja mucho al escepticismo filosófico, tampoco admite ninguna verdad absoluta que tenga validez universal, pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la pertenencia a un determinado círculo cultural o clase social, y los factores determinantes contenidos en ellos.

La diferencia entre subjetivismo y relativismo es que a pesar de ambos afirman que la verdad depende de cada individuo, el subjetivismo concluye que no hay verdad absoluta, ya que todo conocimiento se limita al individuo, en cambio el relativismo acepta la validez de todos los puntos de vista, subrayando la dependencia a factores externos.

Subjetivismo axiológico, moral y ético
El subjetivismo axiológico se refiere a la subjetividad en el sistema de valores, o sea, que los valores, la moral y la ética dependen de cada individuo y que es más un sentimiento que un hecho (David Hume). Se le llama también subjetivismo moral o subjetivismo ético. Sus grandes exponentes son:
·         Protágoras: "Todo cambia, por lo tanto nada es universal, inmutable ni innecesario".
·         Gorgias: "La filosofía del no ser".
·         Nietzsche: "La verdad será siempre relativa e individual"
                                                                                              2. RELATIVISMO

El relativismo es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia. En general, las discusiones sobre el relativismo se centran en cuestiones concretas; así, el relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva, dependiendo siempre la validez de un juicio de las condiciones en que este se enuncia; o el relativismo moral, que sostiene que no hay bien o mal absolutos, sino dependientes de las circunstancias concretas. Similares postulados se defienden tanto en el relativismo lingüístico como en el relativismo cultural.
Tradicionalmente se ha considerado que existen dos posiciones opuestas respecto a la naturaleza de la sociedad y los aspectos humanos, o por lo menos a ciertos hechos sociales: el objetivismo y el relativismo.
El objetivismo sostiene que la verdad es independiente de las personas o grupos que la piensan, o en una forma lógicamente menos restrictiva, afirma que existen algunos hechos objetivos en los que existe acuerdo universal. Por otro lado, el relativismo considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto que la experimenta, no existiendo verdades objetivas ni tampoco acuerdos universales compartidos por todos los seres humanos.
Es preciso ser cuidadoso a la hora de definir lo que es relativismo; así, por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando además se dice que dichas opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El relativismo mantiene que existen muchas formas de conceptualizar ciertos hechos sociales, y que ninguna de ellas puede considerarse como "verdadera". En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo:
1.   Cognitivo
2.   Moral
3.   Cultural


Sócrates y Platón consideraron inadmisible el punto de vista relativista, tanto por sus consecuencias en el plano moral y político porque, según ellos, es una teoría absurda y que hace imposible el conocimiento.
Aristóteles nos ofrece una de las posibles críticas (por reducción al absurdo) al relativismo de los sofistas.
"La doctrina de Protágoras parte del mismo principio. En efecto, si todo lo que pensamos, si todo lo que nos aparece, es la verdad, es preciso que todo sea al mismo tiempo verdadero y falso. La mayor parte de los hombres piensan diferentemente los unos de los otros; y los que no participan de nuestras opiniones los consideramos que están en el error. La misma cosa es por lo tanto y no es. Y si así sucede, es necesario que todo lo que aparece sea la verdad; porque los que están en el error y los que dicen verdad, tienen opiniones contrarías. Si las cosas son como acaba de decirse todas igualmente dirán la verdad".
El relativismo se relaciona con el subjetivismo al estar de acuerdo que cada individuo tiene su verdad pero a pesar de todo no acepta que sea verdad.
Es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal.


3. PRAGMATISMO
El pragmatismo es una escuela filosófica creada en los Estados Unidos a finales del siglo XIX por Charles Sanders PeirceJohn Dewey y William James.1 Su concepto de base es que solo es verdadero aquello que funciona, enfocándose así en el mundo real objetivo.
El pragmatismo se caracteriza por la insistencia en las consecuencias como manera de caracterizar la verdad o significado de las cosas. El pragmatismo se opone a la visión de que los conceptos humanos y el intelecto representan el significado real de las cosas, y por lo tanto se contrapone a las escuelas filosóficas del formalismo y el racionalismo. También el pragmatismo sostiene que solo en el debate entre organismos dotados de inteligencia y con el ambiente que los rodea es donde las teorías y datos adquieren su significado. Rechaza la existencia de verdades absolutas, las ideas son provisionales y están sujetas al cambio, a la luz de la investigación futura.
El pragmatismo, como corriente filosófica, se divide e interpreta de muchas formas, lo que ha dado lugar a ideas opuestas entre sí que dicen pertenecer a la idea original de lo que es el pragmatismo. Un ejemplo de esto es la noción de practicidad: determinados pragmáticos se oponen a la practicidad y otros interpretan que la practicidad deriva del pragmatismo. Esta división surge de las nociones elementales del término pragmatismo y su utilización. Básicamente se puede decir que, ya que el pragmatismo se basa en establecer un significado a las cosas a través de las consecuencias, se basa en juicios a posterioridad y evita todo prejuicio. Lo que se considere práctico o no, depende del considerar la relación entre utilidad y practicidad.
Una mala comprensión del pragmatismo da lugar a generar prejuicios cuando es todo lo contrario. En política se suele hablar de pragmatismo cuando en verdad el pragmatismo político se basa en prejuicios y apenas observa las consecuencias que no encajen con los prejuicios de base, que es muchas veces lo opuesto al sentido original del pragmatismo filosófico.
Para los pragmatistas, la verdad y la bondad deben ser medidas de acuerdo con el éxito que tengan en la práctica. En otras palabras, el pragmatismo se basa en la utilidad, siendo la utilidad la base de todo significado.
Además hay otro autor del pragmatismo que se llama George H. Mead que introduce dos conceptos a esta corriente filosófica:
- "Self" (sí mismo"): la capacidad que tiene uno mismo de verse desde fuera, de hacernos una idea de cómo nosotros actuamos o que efectos podemos repercutir por encima de otras personas. El proceso de construcción del "Self" sería: primero nos imaginamos como somos delante de los otros, después que opinión creemos que tienen los demás de nosotros. Y por último el desarrollo de un sentimiento de nuestra persona.
- "Otro Generalizado": imágenes e ideas de como son los otros; generalizaciones que organizan el "self" de los otros que recogemos por etiquetarnos a nosotros y a otros.
Movimiento filosófico desarrollado especialmente en Estados Unidos e Inglaterra, pero con repercusión y desarrollo parcial en otros países.
El pragmatismo consiste en reducir "lo verdadero a lo útil" negando el conocimiento teórico en diversos grados; para los más radicales sólo es verdadero aquello que conduce al éxito individual, mientras que para otros, sólo es verdadero cuando se haya verificado con los hechos.
"El intelecto es dado al hombre, no para investigar y conocer la verdad, sino para poder orientarse en la realidad. El conocimiento humano recibe su sentido y su valor de este su destino práctico. Su verdad consiste en la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten útiles y provechosos para la conducta práctica de éste."

                                                       4. CRITICISMO
El criticismo (del griego κρινω, kríno, "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina epistemológica desarrollada por el filósofo Immanuel Kant, que pretende establecer los límites del conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento.
El criticismo comienza con una doble crítica al racionalismo y al empirismo, pues se considera que estos dos planteamientos han tenido en cuenta sólo un punto de vista de la realidad por lo que no han tomado en cuenta el papel activo que deben desarrollar las personas en el acto de conocer.
Kant desarrolló la filosofía crítica en respuesta a los cuestionamientos que la lectura del filósofo empirista David Hume le había provocado; previamente, en la que los historiadores de la filosofía llaman su etapa pre crítica, Kant había enseñado la doctrina racionalista de Christian Wolff, un seguidor de Leibniz.

Criticismo Influenciable
El problema que había que resolver era la necesidad de conciliar la evidencia de la existencia de leyes universales —expresadas, por ejemplo, en los principios de la matemática, que no parecen ser el resultado de una inducción contingente; es difícil sostener que existe algún caso en que el resultado de una operación como 5 + 7 no vaya a ser 12— con la doctrina de que todo el conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos — que, por su propia naturaleza, no pueden conocer principios generales, sino sólo hechos y objetos individuales.

 
Obras de Kant
Kant desarrolla la doctrina de la crítica en tres partes; la primera, la investigación de las formas a priori de la facultad intelectiva, corresponde a la Crítica de la Razón Pura (1781). Ésta se continúa con la investigación de los principios a priori de la moral en la Crítica de la Razón Práctica (1788), y el análisis de la interconexión entre el ámbito determinista de la naturaleza y el ámbito espontáneo de la causalidad espiritual en la Crítica del Juicio (1790).
Otros criticismos
Otros autores de posibilidad y funcionamiento tanto de la actividad económica real —fundada en el fetichismo de la mercancía— como de la teoría económica clásica de Adam Smith y David Ricardo. El mismo sentido tiene la designación de teoría crítica de la sociedad utilizado por los autores de la Escuela de Fráncfort.

El Criticismo es el término utilizado en general para referirse a la filosofía de Kant y también a otras teorías filosóficas que consideren como principio fundamental de la filosofía a la teoría del conocimiento.

El Criticismo es una postura intermedia entre el Dogmatismo y el Escepticismo.
El Dogmatismo es la creencia de que la razón humana puede llegar a tener certeza absoluta y conocimiento de la realidad tal como es, existe una verdad y el conocimiento es posible; y el escepticismo es la doctrina filosófica que no cree en la capacidad del hombre para alcanzar el conocimiento.
El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son escepticismo, que es lo opuesto al dogmatismo.


El Criticismo comparte con el Dogmatismo la idea de la razón como fuente de conocimiento; pero como el Escepticismo desconfía de todo conocimiento determinado.

Es común que en cualquier reflexión epistemológica aparezcan reacciones criticistas. Por ejemplo, en la antigüedad en Platón y Aristóteles y en los estoicos; y en la Edad Moderna Descartes, Leibniz, Locke y Hume; pero el verdadero creador del Criticismo es Kant con su filosofía llamada específicamente criticismo.
Kant llegó al Criticismo después de haber compartido las ideas del Dogmatismo y del Escepticismo; según él, ambas exclusivistas: el Absolutismo por su ciega confianza en la razón y el Escepticismo por su desconfianza en la razón pura sin previa crítica.

El Criticismo es la única postura justa sobre la posibilidad del conocimiento. Sin embargo no quiere decir que la filosofía kantiana debe ser aceptada, porque es necesario diferenciar el criticismo como método o como sistema.
Para Kant, Criticismo quiere decir ambas cosas, el método, que se opone al Dogmatismo y al Escepticismo y el resultado que se obtiene con ese método.

El Criticismo de Kant es una clase específica de Criticismo general, que es la única postura justa y no la forma específica hallada por Kant, o sea el reconocimiento de la teoría del conocimiento como una doctrina fundamental e independiente.
Se ha objetado que la teoría del conocimiento fundamente el conocimiento mediante la suposición, pues esta teoría es conocimiento.
Hegel es uno de los que hicieron esta objeción en su “Enciclopedia”, diciendo que el estudio del conocimiento no puede hacerse de otro modo que conociendo, ya que se trata de un supuesto e investigarlo es conocerlo.
Pero esta afirmación es absurda porque significa querer conocer antes de conocer.

La objeción será acertada si la teoría del conocimiento careciera de supuestos, o sea si deseara comprobar la posibilidad del conocimiento.
Pero la teoría del conocimiento no carece de supuestos en este aspecto, porque parte del supuesto de que es posible el conocimiento.

5. EMPIRISMO
El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la formación del conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es la base de todo conocimiento, no sólo en cuanto a su origen sino también en cuanto a su contenido. Se parte del mundo sensible para formar los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación.
El término «empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción al latín es experientia, de donde deriva la palabra experiencia. El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto maduro de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino Unido desde la Baja Edad Media. Suele considerarse en contraposición al llamado racionalismo, más característico de la filosofía continental. Hoy en día la oposición empirismo-racionalismo, como la distinción analítico-sintético, no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra postura obedece a cuestiones metodológicas y heurísticas o de actitudes vitales más que a principios filosóficos fundamentales. Respecto del problema de los universales, los empiristas suelen simpatizar y continuar con la crítica nominalista iniciada en la Baja Edad Media.
En la Antigüedad clásica, lo empírico se refería al conocimiento que los médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general obtenían a través de su experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento teórico concebido como contemplación de la verdad al margen de cualquier utilidad.
Antiguas formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de Buda en oriente. Sin embargo, aquí se considera la evolución de las actitudes filosóficas occidentales.
Edad antigua
En la Antigüedad clásica existía una clara separación entre:
·         El conocimiento por la experiencia y su resultado: la técnica y el trabajo productivo. Lo que se ha entendido históricamente como "artes" y "oficios".
·         El ideal del conocimiento teórico que comprende dos ámbitos:
·         La ciencia: Entendida ésta como un conocimiento universal y necesario. Trata del saber de las últimas causas y de los primeros principios, lo que hoy se entendería como el fundamento de la realidad, la metafísica.
·         La praxis: Como ideal del conocimiento práctico que dirige la acción hacia el logro del bien y la felicidad, que a su vez se desenvuelve en dos ámbitos:
  • ·         La consecución del bien individual, la felicidad como Ética
  • ·         La consecución del bien común social, la política.

En la Antigüedad clásica el conocimiento teórico y práctico, como saber universal y necesario, ideal del «saber» es independiente de la experiencia, y constituye la Sabiduría. La máxima expresión como conocimiento de la verdad, como ciencia, es la Metafísica y el modelo ideal de vida el más cercano posible a la felicidad, como ética, constituyen el ideal del sabio.
Esta separación del conocimiento y la acción práctica respecto a la producción de bienes materiales responde a una tradición aristocrática y guerrera de la nobleza o clase dominante. Las artes y los oficios eran propios de esclavos o comerciantes, pero la «sabiduría» (filosofía) era lo propio de la nobleza y de los hombres libres.
En la Atenas clásica ya apareció una doble actitud de pensamiento que se va a mantener a lo largo de toda la Historia de la filosofía en occidente y que hoy caracterizamos básicamente como racionalismo y empirismo. En realidad responden a dos actitudes y modos de concebir la función del pensamiento y el sentido de la vida.
Los primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas quienes negaron las especulaciones racionalistas sobre el mundo natural común a sus predecesores, presocráticos y, sobre todo, Platón; por el contrario se preocuparon "en tan relativas entidades como el hombre y la sociedad". El valor de la verdad queda restringido al valor concreto de la experiencia y el ejercicio del poder, bien sea individual (moral) o social (política).

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