CLASIFICACION DE LAS TEORIAS DEL CONOCIMIENTO
1. SUBJETIVISMO
El subjetivismo es una doctrina
filosófica que afirma que la fuente de todo conocimiento y de cualquier verdad
depende de cada individuo. El subjetivismo nace con los sofistas en el siglo V
a de C., cuando se comienza a incorporar nuevas doctrinas que sugerían obrar
según la propia convicción.
El subjetivismo es la postura
filosófica que toma como factor primario para toda verdad y moralidad a la
individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre variable e
imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal.
En el subjetivismo la validez de un
pensamiento se limita al sujeto en cuestión que conoce o juzga y lo hace
principalmente de acuerdo a su entendimiento y en estrecha vinculación a la
realidad que le toca vivir, o sea, a su entorno, a la interacción social que
mantiene con otros sujetos. Las interpretaciones que una persona realiza sobre
cualquier aspecto solo serán accesibles para la persona que las experimenta,
dado que una misma experiencia puede ser vivida de modo distinto por cada
individuo como consecuencia de las diferentes realidades que poseen.
Por su lado el subjetivismo ético o
subjetivismo moral, como también se lo conoce, es una doctrina de tipo ético
filosófica que sostiene que lo bueno y lo malo en la moral es reducible a
nuestras actitudes y opiniones personales, o sea, si yo creo que tal cosa es
buena, entonces, esa tal cosa en mis manos será buena para mí.
Por lo tanto cuando alguien siente que
"P" es bueno de manera sincera entonces "P" es bueno por lo
tanto, de acuerdo con los subjetivistas, no puede estar equivocado moralmente.
Y el otro uso recurrente de la
palabra subjetivismo permite dar cuenta de aquella actitud que defiende que la
realidad es creada en la mente del individuo.
David Hume, filósofo, economista e
historiador de origen escocés, que vivió entre los años 1711 y 1776, está
reconocido como uno de los exponentes más destacados del subjetivismo ético.
No debe confundirse el
subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se asemeja mucho al
escepticismo filosófico, tampoco admite ninguna verdad absoluta que tenga
validez universal, pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento
humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya
la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como tales considera la
influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la pertenencia a un
determinado círculo cultural o clase social, y los factores determinantes
contenidos en ellos.
La diferencia entre subjetivismo
y relativismo es que a pesar de ambos afirman que la verdad depende de cada
individuo, el subjetivismo concluye que no hay verdad absoluta, ya que todo
conocimiento se limita al individuo, en cambio el relativismo acepta la validez
de todos los puntos de vista, subrayando la dependencia a factores externos.
Subjetivismo axiológico, moral y
ético
El subjetivismo axiológico se
refiere a la subjetividad en el sistema de valores, o sea, que los valores, la moral y la ética dependen de
cada individuo y que es más un sentimiento que un hecho (David
Hume). Se le llama también subjetivismo moral o subjetivismo ético. Sus grandes
exponentes son:
·
Protágoras:
"Todo cambia, por lo tanto nada es universal, inmutable ni
innecesario".
·
Gorgias:
"La filosofía del no ser".
·
Nietzsche:
"La verdad será siempre relativa e individual"
2. RELATIVISMO
El relativismo es el concepto que sostiene que los
puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo una
validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia. En general,
las discusiones sobre el relativismo se centran en cuestiones concretas; así,
el relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva, dependiendo
siempre la validez de un juicio de las condiciones en que este se enuncia; o el relativismo
moral, que sostiene que no hay bien o mal absolutos, sino
dependientes de las circunstancias concretas. Similares postulados se defienden
tanto en el relativismo lingüístico como en el relativismo cultural.
Tradicionalmente se ha
considerado que existen dos posiciones opuestas respecto a la naturaleza de la
sociedad y los aspectos humanos, o por lo menos a ciertos hechos sociales:
el objetivismo y el relativismo.
El objetivismo sostiene que la
verdad es independiente de las personas o grupos que la piensan, o en una forma
lógicamente menos restrictiva, afirma que existen algunos hechos objetivos en
los que existe acuerdo universal. Por otro lado, el relativismo considera que la
verdad depende o está en relación con el sujeto que la experimenta, no
existiendo verdades objetivas ni tampoco acuerdos universales compartidos por
todos los seres humanos.
Es preciso ser cuidadoso a la
hora de definir lo que es relativismo; así, por ejemplo, no es relativismo
aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es obvio
y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando además se dice que dichas
opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen
verdaderas. El relativismo mantiene que existen muchas formas de conceptualizar
ciertos hechos sociales, y que ninguna de ellas puede considerarse como
"verdadera". En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres
formas básicas de relativismo:
1. Cognitivo
2. Moral
3. Cultural
Sócrates y Platón consideraron inadmisible el punto de
vista relativista, tanto por sus consecuencias en el plano moral y político
porque, según ellos, es una teoría absurda y que hace imposible el
conocimiento.
Aristóteles nos ofrece una de las
posibles críticas (por reducción al absurdo) al relativismo de los sofistas.
"La
doctrina de Protágoras parte del mismo principio. En efecto, si todo lo que
pensamos, si todo lo que nos aparece, es la verdad, es preciso que todo sea al
mismo tiempo verdadero y falso. La mayor parte de los hombres piensan
diferentemente los unos de los otros; y los que no participan de nuestras
opiniones los consideramos que están en el error. La misma cosa es por lo tanto
y no es. Y si así sucede, es necesario que todo lo que aparece sea la verdad;
porque los que están en el error y los que dicen verdad, tienen opiniones
contrarías. Si las cosas son como acaba de decirse todas igualmente dirán la
verdad".
El
relativismo se relaciona con el subjetivismo al estar de acuerdo que cada
individuo tiene su verdad pero a pesar de todo no acepta que sea verdad.
Es
el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez
universal.
3. PRAGMATISMO
El pragmatismo es una escuela filosófica creada en los Estados
Unidos a finales del siglo
XIX por Charles Sanders Peirce, John
Dewey y William
James.1 Su concepto de base es que solo es verdadero aquello
que funciona, enfocándose así en el mundo real objetivo.
El pragmatismo se caracteriza por
la insistencia en las consecuencias como manera de caracterizar la verdad o
significado de las cosas. El pragmatismo se opone a la visión de que los
conceptos humanos y el intelecto representan el significado real de las cosas,
y por lo tanto se contrapone a las escuelas filosóficas del formalismo y el racionalismo. También el pragmatismo sostiene que solo en el
debate entre organismos dotados de inteligencia y con el ambiente que los rodea es donde las
teorías y datos adquieren su significado. Rechaza la existencia de verdades absolutas, las
ideas son provisionales y están sujetas al cambio, a la luz de la investigación
futura.
El pragmatismo, como corriente
filosófica, se divide e interpreta de muchas formas, lo que ha dado lugar a
ideas opuestas entre sí que dicen pertenecer a la idea original de lo que es el
pragmatismo. Un ejemplo de esto es la noción de practicidad: determinados
pragmáticos se oponen a la practicidad y otros interpretan que la practicidad
deriva del pragmatismo. Esta división surge de las nociones elementales del
término pragmatismo y su utilización. Básicamente se puede
decir que, ya que el pragmatismo se basa en establecer un significado a las
cosas a través de las consecuencias, se basa en juicios a posterioridad y evita
todo prejuicio. Lo que se considere práctico o no, depende del considerar la
relación entre utilidad y practicidad.
Una mala comprensión del
pragmatismo da lugar a generar prejuicios cuando es todo lo contrario. En política se suele hablar de pragmatismo cuando en
verdad el pragmatismo político se basa en prejuicios y apenas observa las
consecuencias que no encajen con los prejuicios de base, que es muchas veces lo
opuesto al sentido original del pragmatismo filosófico.
Para los pragmatistas, la verdad
y la bondad deben ser medidas de acuerdo con el éxito que tengan en la
práctica. En otras palabras, el pragmatismo se basa en la utilidad,
siendo la utilidad la base de todo significado.
Además hay otro autor del
pragmatismo que se llama George H. Mead que introduce dos conceptos a esta corriente
filosófica:
- "Self" (sí
mismo"): la capacidad que tiene uno mismo de verse desde fuera, de
hacernos una idea de cómo nosotros actuamos o que efectos podemos repercutir
por encima de otras personas. El proceso de construcción del "Self"
sería: primero nos imaginamos como somos delante de los otros, después que
opinión creemos que tienen los demás de nosotros. Y por último el desarrollo de
un sentimiento de nuestra persona.
- "Otro Generalizado":
imágenes e ideas de como son los otros; generalizaciones que organizan el
"self" de los otros que recogemos por etiquetarnos a nosotros y a
otros.
Movimiento
filosófico desarrollado especialmente en Estados Unidos e Inglaterra, pero con
repercusión y desarrollo parcial en otros países.
El
pragmatismo consiste en reducir "lo verdadero a lo útil" negando el
conocimiento teórico en diversos grados; para los más radicales sólo es
verdadero aquello que conduce al éxito individual, mientras que para otros,
sólo es verdadero cuando se haya verificado con los hechos.
"El
intelecto es dado al hombre, no para investigar y conocer la verdad, sino para
poder orientarse en la realidad. El conocimiento humano recibe su sentido y su
valor de este su destino práctico. Su verdad consiste en la congruencia de los
pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten
útiles y provechosos para la conducta práctica de éste."
4. CRITICISMO
El criticismo (del griego κρινω, kríno,
"distinguir", "separar" o "dividir") es la
doctrina epistemológica desarrollada
por el filósofo Immanuel
Kant, que pretende establecer los límites del conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de
posibilidad del pensamiento.
El criticismo comienza con una doble crítica al
racionalismo y al empirismo, pues se considera que estos dos planteamientos han
tenido en cuenta sólo un punto de vista de la realidad por lo que no han tomado
en cuenta el papel activo que deben desarrollar las personas en el acto de
conocer.
Kant desarrolló
la filosofía crítica en respuesta a los cuestionamientos que la lectura
del filósofo empirista David Hume le había provocado; previamente, en la que
los historiadores
de la filosofía llaman
su etapa
pre crítica, Kant
había enseñado la doctrina racionalista de Christian Wolff, un seguidor de Leibniz.
Criticismo
Influenciable
El problema que
había que resolver era la necesidad de conciliar la evidencia de
la existencia de leyes universales —expresadas,
por ejemplo, en los principios de la matemática, que no parecen ser el
resultado de una inducción contingente;
es difícil sostener que existe algún caso en que el resultado de una operación
como 5 + 7 no vaya a
ser 12— con la doctrina de
que todo el conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos — que, por
su propia naturaleza, no pueden conocer principios generales, sino sólo hechos
y objetos individuales.
Obras de Kant
Kant desarrolla la doctrina de la
crítica en tres partes; la primera, la investigación de las formas a priori de la facultad
intelectiva, corresponde a la Crítica de la Razón Pura (1781). Ésta
se continúa con la investigación de los principios a priori de la moral en la Crítica de la Razón Práctica (1788), y el
análisis de la interconexión entre el ámbito determinista de la naturaleza y el
ámbito espontáneo de la causalidad espiritual en la Crítica
del Juicio (1790).
Otros
criticismos
Otros autores de posibilidad y funcionamiento tanto
de la actividad económica real —fundada en el fetichismo
de la mercancía— como de
la teoría económica clásica de Adam Smith y David Ricardo. El mismo sentido tiene la designación de teoría
crítica de la sociedad utilizado por los autores de la Escuela de Fráncfort.
El Criticismo es el término
utilizado en general para referirse a la filosofía de Kant y también a otras
teorías filosóficas que consideren como principio fundamental de la filosofía a
la teoría del conocimiento.
El Criticismo es una postura intermedia entre el Dogmatismo y el Escepticismo.
El Criticismo es una postura intermedia entre el Dogmatismo y el Escepticismo.
El Dogmatismo es la creencia de que la razón humana
puede llegar a tener certeza absoluta y conocimiento de la realidad tal como
es, existe una verdad y el conocimiento es posible; y el escepticismo es la
doctrina filosófica que no cree en la capacidad del hombre para alcanzar el
conocimiento.
El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo
son escepticismo, que es lo opuesto al dogmatismo.
El Criticismo comparte con el Dogmatismo la idea de la razón como fuente de conocimiento; pero como el Escepticismo desconfía de todo conocimiento determinado.
Es común que en cualquier reflexión epistemológica
aparezcan reacciones criticistas. Por ejemplo, en la antigüedad en Platón y
Aristóteles y en los estoicos; y en la Edad Moderna Descartes, Leibniz, Locke y
Hume; pero el verdadero creador del Criticismo es Kant con su filosofía llamada
específicamente criticismo.
Kant llegó al Criticismo después de haber
compartido las ideas del Dogmatismo y del Escepticismo; según él, ambas
exclusivistas: el Absolutismo por su ciega confianza en la razón y el
Escepticismo por su desconfianza en la razón pura sin previa crítica.
El Criticismo es la única postura justa sobre la
posibilidad del conocimiento. Sin embargo no quiere decir que la filosofía
kantiana debe ser aceptada, porque es necesario diferenciar el criticismo como
método o como sistema.
Para Kant, Criticismo quiere decir ambas cosas, el
método, que se opone al Dogmatismo y al Escepticismo y el resultado que se
obtiene con ese método.
El Criticismo de Kant es una clase específica de
Criticismo general, que es la única postura justa y no la forma específica
hallada por Kant, o sea el reconocimiento de la teoría del conocimiento como
una doctrina fundamental e independiente.
Se ha objetado que la teoría del conocimiento
fundamente el conocimiento mediante la suposición, pues esta teoría es
conocimiento.
Hegel es uno de los que hicieron esta objeción en
su “Enciclopedia”, diciendo que el estudio del conocimiento no puede hacerse de
otro modo que conociendo, ya que se trata de un supuesto e investigarlo es
conocerlo.
Pero esta afirmación es absurda porque significa
querer conocer antes de conocer.
La objeción será acertada si la teoría del
conocimiento careciera de supuestos, o sea si deseara comprobar la posibilidad
del conocimiento.
Pero la teoría del conocimiento no carece de
supuestos en este aspecto, porque parte del supuesto de que es posible el
conocimiento.
5. EMPIRISMO
El empirismo es una teoría
filosófica que enfatiza el papel de la experiencia,
ligada a la percepción sensorial,
en la formación
del conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es
la base de todo conocimiento, no sólo en cuanto a su origen sino también en
cuanto a su contenido. Se parte del mundo sensible para
formar los conceptos y
éstos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación.
El
término «empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción al latín es experientia, de donde deriva la
palabra experiencia. El
empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como
fruto maduro de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en
el Reino
Unido desde la Baja Edad Media. Suele considerarse
en contraposición al llamado racionalismo,
más característico de la filosofía continental. Hoy en día la oposición
empirismo-racionalismo, como la distinción analítico-sintético,
no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y
más bien una u otra postura obedece a cuestiones metodológicas y heurísticas o
de actitudes vitales más que a principios filosóficos fundamentales. Respecto
del problema de los universales,
los empiristas suelen simpatizar y continuar con la crítica nominalista iniciada
en la Baja Edad Media.
En
la Antigüedad
clásica, lo empírico se refería al conocimiento que los
médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general obtenían a través de su
experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento
teórico concebido como contemplación de la verdad al margen de cualquier
utilidad.
Antiguas
formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de
Buda en oriente. Sin
embargo, aquí se considera la evolución de las actitudes filosóficas
occidentales.
Edad antigua
·
El conocimiento por la experiencia y su resultado: la técnica y el trabajo productivo. Lo que se ha entendido
históricamente como "artes" y "oficios".
·
La ciencia: Entendida ésta como un conocimiento universal y necesario. Trata del saber de las últimas causas y de los primeros principios, lo que hoy se entendería como el fundamento de la
realidad, la metafísica.
·
La praxis: Como ideal del conocimiento práctico que dirige la acción hacia el logro del bien y la felicidad, que a su vez se desenvuelve en dos ámbitos:
- · La consecución del bien individual, la felicidad como Ética
- · La consecución del bien común social, la política.
En
la Antigüedad clásica el conocimiento teórico y práctico, como saber universal
y necesario,
ideal del «saber» es independiente de la experiencia, y
constituye la Sabiduría.
La máxima expresión como conocimiento de la verdad, como ciencia,
es la Metafísica y
el modelo ideal de vida el más cercano posible a la felicidad,
como ética,
constituyen el ideal del sabio.
Esta
separación del conocimiento y la acción práctica respecto a la producción de
bienes materiales responde a una tradición aristocrática y guerrera de la
nobleza o clase dominante. Las artes y los oficios eran propios de esclavos o
comerciantes, pero la «sabiduría» (filosofía) era lo propio de la nobleza y de
los hombres libres.
En
la Atenas clásica ya apareció una doble actitud de pensamiento que se va a
mantener a lo largo de toda la Historia de la filosofía en occidente y que hoy
caracterizamos básicamente como racionalismo y
empirismo. En realidad responden a dos actitudes y modos de concebir la función
del pensamiento y el sentido de la vida.
Los
primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas quienes
negaron las especulaciones racionalistas sobre el mundo natural común a sus
predecesores, presocráticos y, sobre todo, Platón;
por el contrario se preocuparon "en tan relativas entidades como el hombre
y la sociedad". El valor de la verdad queda restringido al valor concreto
de la experiencia y el ejercicio del poder, bien sea individual (moral) o
social (política).
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